viernes, 10 de junio de 2011

Amanecer

Recostado en tu sofá, 
regresando de un sueño,
el alba anunciaba su día, 
el negro ya no era dueño,
doy luz a tu planeta mientras pienso en el ayer,
en el deseo de mi mirada,
en el no retroceder.
Enajenado por el fuego de la pasión
fui sordo a los miedos del futuro,
empujado por el presente,
me adentré en el templo de tu mundo.
Inundaron de vida tus besos
de mística tus abrazos
tus llamas apagaron mi sed
mi daga encendió tu cuerpo
en aquel intenso amanecer...

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