Me encanta este sitio,
eso sucede cuando tomo las riendas de mi caballo,
de pelo negro brillante, ojos profundos y cascos de piedra.
Cuando eso sucede,
la prensa es cómic,
mis males huyen
y se me curvan los labios.
La dureza del diamante torna en carne,
músculo de breva,
y la cerveza no sabe amarga.
Vivo en un planeta llamado Negro,
allí cultivo y siego,
recojo penas,
mientras respiro agujas.
Sé que al final del día me reuniré con ellos,
sé que mañana será otro día,
fresco y gris,
de aroma a café y sonido a leña.
De mis flaquezas salgo,
para volver a ellas,
pero no hoy,
quizás mañana.
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